Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Esta semana han comenzado a administrarse las vacunas contra la COVID-19 en el Reino Unido, y esperamos que más países se sumen.
Disponer de vacunas seguras y eficaces contra un virus que nos era completamente desconocido hace tan solo un año es un logro científico asombroso.
Ahora bien, sería un logro aún mayor garantizar que todos los países disfruten equitativamente de los beneficios de la ciencia.
La OMS y sus asociados se centran en tres prioridades:
En primer lugar, nos enfrentamos a un déficit de financiación inmediato de US$ 4300 millones en la adquisición de vacunas para los países más necesitados.
Insto a los donantes a que subsanen ese déficit rápidamente para poder garantizar las vacunas, salvar vidas y acelerar una recuperación económica verdaderamente mundial.
En segundo lugar, hemos trabajado arduamente para asegurar que los dirigentes mundiales asuman el compromiso político de facilitar el acceso equitativo a las vacunas, pero nos gustaría que ese compromiso se tradujera en hechos.
Y en tercer lugar, estamos preparando a los países para suministrar las vacunas evaluando las deficiencias en la infraestructura.
Ya hay garantizadas casi 1000 millones de dosis de tres vacunas candidatas como parte del Mecanismo COVAX, en el que participan actualmente 189 países y economías.
Gavi, nuestro asociado en la COVAX, ha iniciado conversaciones con varios otros fabricantes y se anunciarán más acuerdos en un futuro próximo.
Simultáneamente, la OMS colabora con Gavi y UNICEF para evaluar el primer grupo de solicitudes remitidas por países que cumplen los requisitos para recibir asistencia a través del Mecanismo COVAX.
Abordar el déficit de financiación es una prioridad urgente.
El lunes, la OMS y la Comisión Europea vuelven a convocar el Consejo de Facilitación del Acelerador ACT, con los países copresidentes, Noruega y Sudáfrica.
El Consejo examinará nuestras prioridades estratégicas y un proyecto de marco de financiación para cerrar la brecha de financiación del Aceleradora ACT para 2021.
Ello es crucial para garantizar la protección de todas las personas en todas partes.
Todos hemos visto las imágenes de personas que ya han sido vacunadas contra COVID-19. Queremos ver estas mismas imágenes en todo el mundo, lo que será un verdadero signo de solidaridad.
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Ayer fue el Día de los Derechos Humanos y mañana es el Día de la Cobertura Sanitaria Universal.
La cercanía en el tiempo de estos dos días, al final de un año tan difícil, es un recordatorio de que, a medida que reconstruimos para salir de esta crisis, debemos hacerlo sobre la base de los derechos humanos, en particular el derecho a la salud.
2020 nos ha recordado que la salud es el bien más preciado sobre la Tierra.
Frente a la pandemia, muchos países han ofrecido pruebas y tratamientos gratuitos contra la COVID-19, y han prometido vacunación gratuita para sus poblaciones.
Han reconocido que la capacidad de pago no debe ser la diferencia entre la enfermedad y la salud; entre la vida y la muerte.
Este año, el Día de la Cobertura Sanitaria Universal cobra aún más importancia de lo habitual.
Aparte de la muerte y la enfermedad que causa el propio virus, millones de personas han sufrido y han muerto como resultado de la perturbación de servicios de salud esenciales.
Esta semana, la OMS pone en marcha dos iniciativas para apoyar y acelerar rápidamente el camino de los países hacia la cobertura sanitaria universal.
El primero es un programa mundial para fortalecer la atención primaria de salud, que pasa por equipar mejor a los países para prevenir emergencias de todo tipo y responder a ellas, desde la crisis personal de un ataque cardiaco hasta el brote de un nuevo virus mortífero.
El segundo es un nuevo «Compendio de la CSU» concebido para ayudar a los países a poner en marcha los conjuntos de servicios que necesitan para satisfacer las necesidades de la población en materia de salud.
La OMS también presentará próximamente un nuevo informe que incluye el primer análisis de los cambios en el gasto sanitario mundial durante 2020 en respuesta a la pandemia de COVID-19.
Muchos gobiernos han respondido a la pandemia con asignaciones presupuestarias excepcionales para sus sistemas de salud, e incluso mayores asignaciones para la estabilización económica y la protección social.
Al mismo tiempo, la COVID-19 ha desencadenado una profunda crisis económica mundial que podría tener efectos duraderos en la financiación de la salud.
Los ingresos públicos disminuyen, y muchos países se han visto obligados a asumir deuda adicional, lo que afectará a los países de ingresos bajos cuyas economías eran vulnerables antes de que golpeara la COVID-19.
En el informe se advierte de que un mayor servicio de la deuda podría hacer más difícil mantener el gasto público en salud.
Ahora bien, ahora es precisamente el momento para invertir en salud.
La pandemia ha demostrado que la salud no es un lujo; es la base de la estabilidad social, económica y política.
De hecho, en el informe de hoy se subraya que la crisis de la COVID-19 ofrece una oportunidad para hacer un «reinicio» en países con sistemas de financiación de la salud frágiles.
En el informe se formulan seis recomendaciones clave para un nuevo pacto de financiación de la salud.
Además, para poner aún más de relieve la cobertura sanitaria universal, esta ha sido designada como tema de una de las principales categorías del segundo Festival de Cine de la OMS «Salud para todos».
Invitamos a todos los cineastas, ya sean profesionales o aficionados, a presentar cortometrajes que versen sobre el acceso a una atención de calidad para cualquier necesidad sanitaria antes del 30 de enero de 2021.
Ya se han presentado varios cientos de películas.
Las otras dos categorías del festival son las emergencias sanitarias, en la que invitamos a que se presenten cortometrajes sobre la COVID-19 y otras crisis humanitarias;
y mejor salud y bienestar, en la que invitamos a que se presenten películas sobre el cambio climático, la contaminación, el saneamiento, la nutrición, las cuestiones de género y otros temas.
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Sabemos que aunque los niños corren menos riesgo de padecer una forma grave de la COVID-19 y de fallecer por esa causa que los adultos mayores, millones de niños han sufrido la pandemia de otras maneras, en particular por la interrupción de su educación.
Según datos recopilados por la UNESCO, las aulas de casi 1 de cada 5 escolares en todo el mundo –o sean, 320 millones– estaban cerradas el 1 de diciembre, un aumento de casi 90 millones en tan solo un mes.
En algunos lugares, los niños llevan sin ir a la escuela 9 meses o más.
Los cierres prolongados de escuelas suponen un desafío sin precedentes para la educación, la salud y el bienestar de los niños.
La OMS ha publicado hoy una nueva lista de verificación para apoyar a las escuelas en la reapertura y en la preparación ante rebrotes de COVID-19 y el resurgimiento de crisis similares de salud pública.
En la lista se enumeran 38 acciones esenciales que las diferentes partes interesadas deben tener en cuenta cuando se reúnan para acordar los planes de reapertura escolar.
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Hasta la fecha se han notificado a la OMS más de 66 millones de casos de COVID-19 y 1,5 millones de defunciones por esa enfermedad.
En las últimas seis semanas el número de muertes semanales ha aumentado aproximadamente en un 60%.
La mayoría de los casos y muertes se producen en Europa y las Américas.
La estación festiva es un momento para descansar y celebrar, pero no debemos bajar la guardia.
De las celebraciones se puede pasar rápidamente al duelo si no tomamos las precauciones correctas.
Al prepararse para las celebraciones de las próximas semanas, analice sus planes cuidadosamente.
Si vive en una zona de alta transmisión, tome todas las precauciones para protegerse a sí mismo y proteger a los demás.
Ese podría ser el mejor regalo que puede ofrecer: el don de la salud, el amor a la vida, la alegría y la esperanza.
Muchas gracias.