Alocución de apertura del Director General de la OMS en el evento paralelo de la Asamblea General de las Naciones Unidas – 2025: Presentación del informe mundial sobre la hipertensión arterial - 23 de septiembre de 2025

23 de septiembre de 2025

Honorables Ministros, querido Ministro Dr. Mekdes, 

mi amigo Dr. Tom Frieden, 

Dra. Kelly Henning, 

distinguidos invitados, queridos colegas y amigos: 

Es un gran honor presentar el segundo informe mundial de la OMS sobre la hipertensión arterial, junto con Bloomberg Philanthropies y Resolve to Save Lives. 

Les doy las gracias a mis buenos amigos Mike Bloomberg y el Dr. Tom Frieden por su liderazgo y conlaboración en este ámbito y en muchos otros. 

Hace años, Tom vino a la OMS para una reunión sobre la hipertensión, y recuerdo vívidamente una expresión que usó que me llamó la atención y se me ha quedado grabada desde entonces. 

Dijo que las personas con hipertensión son como «bombas andantes»: portan una condición letal que podría estallar en cualquier momento. 

Y cada año estalla en 11 millones de personas, acortando sus vidas y privando a sus familias de un ser querido y a las economías de miles de millones de dólares en gastos de salud y pérdida de productividad. 

Imagínense: es como si toda la población de las ciudades de Nueva York y Chicago juntas fuera aniquilada cada año. 

Ningún otro factor de riesgo o patógeno se cobra tantas vidas. 

A nivel mundial, más de 1400 millones de personas viven con hipertensión, incluyéndome a mí. 

Soy uno de los afortunados. Mi hipertensión está bien controlada con medicamentos. 

Y esa es la gran paradoja de la hipertensión: que se puede controlar con medicamentos relativamente económicos. 

Sin embargo, a nivel mundial, solo alrededor de una de cada cinco personas con hipertensión la tiene bajo control. 

En 99 países, las tasas de control se mantienen por debajo del 20 %. Millones de personas están sin diagnosticar, sin tratamiento o mal atendidas. 

La mayor barrera es el acceso: el acceso a medicamentos y el acceso a dispositivos de control de la hipertensión asequibles y validados. 

Ese es el desafío, pero también la oportunidad. 

Porque si podemos controlar la hipertensión en solo la mitad de los afectados, podemos marcar una gran diferencia: prevenir 76 millones de muertes para 2050 y ahorrar USD 100 000 millones cada año en costos de salud. 

En este informe se muestra que se puede hacer. 

Contiene ejemplos de la vida real de Bangladesh, Filipinas y la República de Corea. 

Como escucharemos hoy, Etiopía, la India, Indonesia y la República Dominicana también están realizando progresos para salvar vidas. 

Los factores clave para el éxito son los mismos en todos estos países: liderazgo político; financiación sostenible; participación de la comunidad; e integración de la atención de la hipertensión en la cobertura universal de salud. 

Muchos han utilizado el paquete técnico HEARTS de la OMS para fortalecer la atención primaria, ampliar los servicios basados en equipos, estandarizar el tratamiento y mejorar el acceso a medicamentos y dispositivos asequibles. 

El control de la hipertensión es una de las intervenciones de salud pública más costoeficaces. Pero requiere liderazgo e inversión. 

Y, sobre todo, requiere la convicción de que cada vida importa. 

Como saben, esta semana esperamos que los líderes mundiales aprueben una declaración política sobre las enfermedades no transmisibles y la salud mental, con metas ambiciosas: 

150 millones menos de personas que consumen tabaco; 150 millones más de personas con la hipertensión bajo control; y 150 millones más de personas con acceso a atención de salud mental. 

Estas metas son un mínimo, no un máximo, y los países pueden —y deben— aspirar a más. 

Honorables ministros, estimados colegas: 

En comparación con otros desafíos persistentes en el ámbito de la salud mundial, la hipertensión es un reto fácil de abordar. 

Sabemos cuál es el problema y tenemos soluciones asequibles. 

Entonces, ¿qué nos detiene? 

Enfrentemos el desafío, aprovechemos la oportunidad y salvemos vidas. 

La oportunidad está ante nosotros. La responsabilidad es nuestra. Es hora de actuar. 

Muchas gracias.